Alentado por la unión entre la tecnología y el arte, Shuhei Okawara, el creador de las máscaras, ha producido estos nuevos productos faciales con impresoras 3D.
Los posibles usos a que apunta son para el teatro, fines personales o simplemente como piezas de arte.
Se estima que el costo de cada mascara rondara los 950 U$S.