Se trata del primer puente de acero creado con tecnología 3D e instalado en Ámsterdam, Países Bajos.
El proyecto demoro unos 5 años y posee una extensión de 12 metros de largo. Por el momento está a modo de prueba, sujeto a análisis y ensayos para verificar su correcto funcionamiento.
Ubicado en una zona cultural de la ciudad, se estima que las personas puedan sentir atracción por este y eso genera un cambio en la percepción de la zona.