Un grupo de desarrolladores de la Universidad de Cornell y el Instituto de Tecnología Technion han creado un tablero braille compuesto por una membrana de silicona con puntos que se inflan a través de un proceso de combustión.
Esto permite que distintos libros electrónicos varíen su superficie con el tacto del usuario.
El tiempo de respuesta que se maneja es de un milisegundo, se mantiene a temperaturas normales y es seguro para su distribución comercial.