Si bien el sistema operativo dejara de recibir actualizaciones técnicas y de seguridad, seguirá funcionando de manera normal e invisible para todos los usuarios que aún optan por sus servicios. Sin embargo, quedara la puerta abierta a cualquier criminal sospechoso que descubra algún tipo de vulnerabilidad.
En términos de población, Windows 7 se mantiene con un 26,6% por sobre el 3,6% de Windows 8. Lo que indica que muchos usuarios seguirán apostando a esta generación, más allá de la inseguridad que pueda tener.
Como siempre lo ha sido, la solución más efectiva será actualizar el sistema a Windows 10.